jueves, 6 de octubre de 2011

Hoy es jueves

Parecerá una tontería pero estoy feliz de que sea jueves. A medida que pasan los años, las semanas se van haciendo más y más cortas, pensé en un primer momento que era cuestión de madurez, que los niños tenian un sentido del tiempo alterado, ahora sé que son las obligaciones, responsabilidades, eventos, vivencias, lo que hace que el tiempo pase más o menos rápido.

La vida de un niño parece que sea feliz, pero realmente es lenta, por ello supongo que continuamente necesitan distracciones y diversiones, cuando uno crece no hay tiempo de distracciones ni diversiones porque la vida está mucho más ocupada por otros asuntos. La vida del niño es aburridísima, y a menudo los adultos no entienden como los niños son tan incansables, todavía no han tenido la experiencia suficiente para llenar su vida de asuntos por resolver.

Todos los días se quedan cortos, todas las tareas sin acabar, las tareas que se pueden acabar se suelen dejar a un lado porque nos llenan de motivación eventos complejos, no hay ningún trabajo que se acabe en tu jornada, ni ninguna cita con despedida real, más bien obligada por el tiempo.

Y a veces me pregunto si viviré lo suficiente para quedarme satisfecha, para realizar un número suficiente de cosas, conocer un número suficiente de personas, tener un número suficiente de experiencias... como para sentir que he vivido en mi lecho de muerte. Y en el caso en que mi muerte no sea lenta y no pueda pensarlo, mi estado sentimental conmigo misma tenga un balance positivo.

A pocos días de mi 31 cumpleaños, me alegra la idea, dentro de ser consciente del desvanecimiento progresivo de mi juventud, de no ser una niña, porque de ser así estaría tremendamente aburrida.

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